Grupo de Investigadores y Extensionistas de INTA y de UDEA-INTA/CONICET (CCT-Córdoba) con sede principal en la ESTACIÓN FORESTAL INTA-Villa Dolores, y con oficinas en la AER Cruz del Eje y en la EEA Manfredi.
Problemática mundial y regional
La conservación, manejo y uso sustentable de los recursos naturales constituye uno de los problemas más importantes a resolver en el país, y en el mundo en la actualidad, y en el futuro cercano. Esto es fundamental ante la progresiva presión antrópica asociada principalmente al avance de la frontera agropecuaria (de insumo dependiente) remplazando y/o degradando los ecosistemas naturales, impulsada por una creciente demanda de alimentos, commodities y energía. Los tomadores de decisiones y formuladores de políticas sobre uso de recurso naturales requieren de profesionales formados basados en conocimiento científico-técnico y con herramientas de decisión que permitan anticipar el impacto socio-ecológico de las acciones antrópicas, proponiendo alternativas de manejos sustentables.
El trabajo de Geo+SocioEcosistemas tiene la finalidad de generar conocimientos e innovaciones frente a demandas regionales, nacionales e internacionales. Nuestro enfoque basado en manejo de Paisajes Socio-Ecológicos y Resiliencia Socio-Ecológica pretende aportar alternativas de manejo sustentables en una región en dónde se deben compatibilizar el ambiente (dominado principalmente por ecosistemas boscosos), la producción agropecuaria, el turismo y calidad de vida. Por un lado tiene bases científicas de ciencias ambientales, agropecuarias y forestales, para entender las dinámicas y problemáticas socio-ambientales que enfrenta la región y el país. Por otro lado, se plantea el enfoque de la socio-ecología, agroecología y ciencias agro-forestales como una disciplinas transversales en todo nuestros trabajos de investigación y extensión. Este enfoque se basa en conceptos y principios ecológicos para el diseño y manejo de ecosistemas agro-forestales sustentables (Gliessman 2002). En el mismo sentido Altieri y Nicholls (2000) afirman que disciplinas como la agroecología y la socioecología se enfoca el estudio de la agricultura desde una perspectiva ecológica, sociológica y agropecuaria.
Nuestro trabajos tienen un carácter interdisciplinario, trans-disciplinario, multidimensional y estratégico por su conexión con otros campos del conocimiento, como las ciencias sociales, ciencias ambientales, ecología y las ciencias agropecuarias-forestales, junto a disciplinas tecnologías a fines. Esta integración, ya sea por la formación de los integrantes de nuestro grupo o por la interacción con otros grupos e instituciones, es clave para abordar el estudio y análisis de sistemas complejos de producción con miras a socio-ecosistemas agro-forestales sustentable.
A nivel territorial, los sistemas productivos regionales presentan gran diversidad y complejidad, que frecuentemente involucran recursos naturales de alto valor ambiental, sociocultural y económico, y que además tienen alta fragilidad. Nuestra región se ubica en el noroeste de Córdoba (Argentina) y está dominada por bosques xerófilos. Estos bosques no sólo son el medio de vida de miles de personas de las zonas rurales, sino que también proporcionan bienes y servicios ambientales a más de dos millones de habitantes que viven en poblaciones concentradas y dispersas en ciudades y pueblos de esa región. El cambio en el uso de la tierra y la sobreexplotación de este ecosistema han causado la pérdida y degradación de millones de hectáreas de bosque, causando pérdida de biodiversidad y productividad. La ganadería intensiva, el avance de la frontera agrícola (con cultivos extensivos insumo-dependientes), los incendios antrópicos y la urbanización para fines residenciales y turísticos son las principales causas de desforestación y degradación. El uso de maquinaria pesada (como topadoras y grandes rolos mecánicos) y el fuego son las principales prácticas asociadas a este cambio de uso de la tierra. En consecuencia, además de producirse una reducción significativa de la superficie de bosque, la sobreexplotación afectó significativamente la estructura y el funcionamiento de los bosques chaqueños remanentes y sus paisajes contiguos, comprometiendo su sustentabilidad en el tiempo, y por ende la provisión de bienes y servicios ecosistémicos a la comunidad. En la actualidad, los últimos relictos de bosque nativo de Córdoba están localizados en el noroeste de esta provincia y representan sólo un 3,6 % de la superficie de bosque que existía antes de la expansión agrícola-ganadera. Estos pequeños relictos se encuentran fragmentados y están inmersos en una matriz de parches con distinto nivel de degradación, que van desde bosques secundarios, bosques muertos en pie (por falta de regeneración y decapitación de suelos), pastizales y sabanas degradadas o lignificadas, hasta grandes peladares. En el mediano plazo, se predice que en Argentina más de 10 millones de hectáreas de bosque se destinarán a uso productivo y residencial, por lo que la desforestación y degradación de los bosques chaqueños se incrementarán.
En términos generales, los departamentos de Traslasierra, al igual que los del norte provincial, reflejan la postergación política del territorio, ya que tienen déficit histórico en infraestructura, servicios básicos, atención sanitaria y educativa. Esta desigualdad social y territorial se evidencia en las tasas de población con al menos una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI) más altas (26% Minas y Pocho y 11 % San Alberto y San Javier) y los menores índices de desarrollo humano, según el censo poblacional de Córdoba de 2008. Mientras en la provincia de Córdoba el 89% de su población es urbana, Pocho y Minas poseen un 100% de población rural; y San Alberto y San Javier un 15 %. En estos últimos, se registra gran crecimiento poblacional de pequeños pueblos por dos movimientos migratorios diferentes: la emigración rural por intensificación agrícola-ganadera en el Chaco Seco, que reduce posibilidades de uso múltiple del monte (e.g. hacia San Vicente), y la inmigración urbana extra-provincial hacia áreas periurbanas de los faldeos serranos (e.g. hacia Villa de Las Rosas), en ambos casos con un incremento poblacional del 123% en la última década. Por lo tanto, el avance de las fronteras agropecuarias y urbanas, mediante la sustitución de los agro-ecosistemas de producción diversificados por agro-sistemas de producción simplificados (e.g. monocultivos anuales) de productos básicos, ha causado la pérdida de actividades de sustento y desarrollo humano genuino, causando migración rural, y deterioro ambiental y cultural.
Adicionalmente, la vulnerabilidad de los SSEs también aumenta en un escenario de cambio climático debido a un aumento de la ocurrencia de sequías extremas y de la variabilidad climática (con mayor estocásticidad), que generan reducción productiva e inestabilidad económica con periodos de escases de bienes y productos agropecuarios. Asimismo, en el Chaco Serrano, el cambio climático trae aparejado el aumento del riesgo de incendios forestales (e.g. períodos muy húmedos con alta producción de biomasa, seguido de períodos muy secos y altas temperaturas), y/o aumento del riesgo de erosión de suelos (e.g. periodos muy secos que generan disminución de biomasa vegetal por muerte de plantas y/o sobre-pastoreo, seguido de años con lluvias excepcionalmente abundantes que precipitan sobre suelos con poca cobertura vegetal, disparando eventos de erosión de suelo, generando cárcavas y surcos). En este contexto, es esencial generar proyectos de investigación con el objetivo de mantener y/o reforzar la resiliencia de los SSEs a drivers o factores de disturbio actuales (e.g. sequías extremas) y/o a su intensificación, para mantener su capacidad de proveer bienes y servicios ecosistémicos.